Quien nos lo iba a decir…la política aparte de apasionante es para el ciudadano decepcionante puesto que no da opción de tener una elección clara y posicionarse por unos u otros.
Sanlúcar siempre se dijo que es una ciudad de izquierdas, pero que me expliquen a mí que es ser de izquierdas o de derechas, y que no me hablen de que partidos representa a una u otra tendencia.
Si ser de izquierdas es defender el derecho del “obrero”, nadie afirmara que los –socialitas- son la opción clara, si ser de izquierdas es defender los derechos públicos, ¿porque no vemos la –izquierda unida- exaltarse contra la privatización de los servicios municipales?.
Si ser de derechas es defender a la pequeña y mediana empresa, porque los –populares- no presentan propuestas, y si ser –independiente- significa no depender de nadie, porque algunos luchan por dignificar el apego a los grandes partidos. El –andalucismo-, no creo que deba ser sinónimo de la exageración, ni tampoco la lucha por la nación de Andalucía sea un sueño para los sanluqueños.
En los pueblos y ciudades, sobran las ideologías y se priorizan las necesidades, el carácter cívico adquiere un elemento primordial, las decisiones deben ir encaminadas a dar soluciones prácticas y es esencial saber desarrollar un proyecto de ciudad, puesto que actualmente dar palos de ciegos no nos conduce a ningún lado.
Sanlúcar parece adormecida en muchos aspectos y nos gusta dejarnos llevar antes que ser nosotros los promotores de ideas, siempre pensamos en la envidia que nos da otras ciudades, no tenemos constancia, sabemos quejarnos y no aportar mucho.
Quien solo sabe alentar las ideas políticas como una vía de escape en su vida él sabrá lo que hace, pero las miras en un futuro de ciudad del cual nos sintamos orgullosos, no puede estar constantemente viciado de cagadas políticas y de verdad que no importa que sean los de izquierdas, los de derechas, los independientes o los andalucistas.
Por ello el hartazgo político es un serio problema en nuestra ciudad, puesto que el sanluqueño solo quiere avances en su sociedad y que se conformen proyectos que de verdad sean necesarios, todo lo demás seguirá siendo escenas que se repiten en el teatro político de Sanlúcar de Barrameda.
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