Las mentiras tienes las patitas muy cortas, es un dicho popular que es claro y conciso pero que muchos parecen no entenderlo y hacen de ello mismos un descrédito de su personalidad.
Cuando alguien compromete el consenso para unas elecciones debe asegurarse que todos se sientan libremente identificados para que concurran a la misma a sabiendas que el resultado final es un objetivo común, pero si solo se dedican a marear, a prolongar plazos y exterminar a quienes ellos entiendan enemigos de sus pensamientos, estos son actos claramente manipuladores que quieren obviar el principio de igualdad de derechos dentro de cualquier organización supuestamente democrática.
Si hay quienes se dedican sin importarles las consecuencias a luchar por la dignidad de unas siglas políticas, no merecen el castigo de la mentira, puesto que partiendo del cumplimiento de cualquier estatuto estos no debieran de reivindicar algo que a priori es lo establecido, lo angustioso y lastimoso es el interés del poder que toman las riendas de una organización como si fueran de su propiedad.
El Partido Popular está compuesto por todos los afiliados y simpatizantes, no pertenece a ningún individuo, y ya es hora que los sanluqueños decidamos “libremente” en un congreso quien puede presentar su candidatura, y llegado el momento que la democracia demuestre quien tiene el respaldo mayoritario, otra cosa es aplicar el “dedazo”, la “imposición” y la “mentira”.
La verdad puede ser relativa, el razonamiento de los hechos solo viene de la mano de la lógica, por eso es imperdonable que algunos dirigentes del P.P. sean capaces de imponer lo que a ellos les apetezca, estas decisiones tan severas bien las podrían tomar para ellos mismos por su incompetencia al frente de la organización.
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