jueves, 10 de diciembre de 2009

Juventud, divino tesoro


A la juventud los políticos acompañan la eterna promesa de ofrecerles lo que nunca cumplen, y digo esto porque desde siempre he sido acusado de un loco soñador que siempre argumento teorías que otros tomaban como banales.

Hace años desde la época del Alcalde Manuel Vital, siempre se han propuesto proyectos dirigidos a los jóvenes de nuestra ciudad que solo quedaron en vacilaciones, fue un eterno debate el derecho que los jóvenes tenían a disponer de una digna Casa de la Juventud, un lugar de encuentro para ellos donde un edificio estaría dotado de infraestructuras suficientes que consiguiera satisfacer las demandas actuales de los jóvenes sanluqueños, pero hasta la actualidad ningún gobierno municipal ha sido capaz de realizar el tan esperado proyecto.

Me trae muchos recuerdos un proyecto que se llegó a plantear entre asociaciones juveniles y las entidades públicas, que incluso se desarrollo en algunos municipios españoles, los “planes integrales de juventud” fueron programas que recogían las demandas generales de los jóvenes a las que se les daban soluciones en todos los ámbitos de la vida local, por ello cada una de las delegaciones municipales recogían en sus proyectos y presupuestos las ideas que correspondieran a estos planes, así se erradicaba la idea de plantear la delegación de juventud como único elemento, sino que en educación, vivienda, empleo, deporte, fomento, turismo, cultura, urbanismo, seguridad ciudadana entre otros recogían materias comunes enfocadas para la consecución del Plan Integral de Juventud.

Juventud…divino tesoro, ¿pero quién aprecia ese legado?, soy un convencido que nuestra ciudad con una población donde más de la mitad son jóvenes, no se hace justicia con ellos, debemos volcar numerosos recursos y poner a su disposición elementos con los que no cuentan en la actualidad, una Casa de la Juventud, ni tienen suficientes salas de estudio adaptadas en horarios ni material, no se les ofrece un empleo digno acorde con los sus estudios, no disponen de oportunidades de ocio, los centros educativos no cubren sus demandas, la formación brilla por su ausencia, al joven empresario no se les dota de las ayudas para emprender proyectos sólidos y como comprenderán se pueden enumerar demasiadas cosas que a día de hoy siguen adoleciendo.

Siendo así se debe entender que nuestra sociedad debe mucho a los jóvenes sanluqueños, que disponen de un presente poco halagüeño y un futuro estremecedor.

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