En mi pueblo, convive gente muy
trabajadora, en oficios que han dignificado el nombre de Sanlúcar y que debido
a circunstancias adversas económicas, hoy están sin empleo pasándolo muy mal.
Siempre que uno menciona los datos
estadísticos de paro, y de escasa actividad económica, hay alguien que recuerda
“la economía sumergida” que alimenta y de qué manera, a mucha gente pero no es
lo idóneo, todos queremos un contrato, disponer de seguridad social, cotizar y
ver la oficina de empleo desde muy lejos.
Cada vez que uno oye hablar de
“dinamización turística, de mejorar los accesos a la ciudad, ordenar el
planeamiento urbano, mejorar el tráfico, incentivar el comercio, fomentar a las
empres, aumentar la inversión, aplicar políticas ambientales o mejorar nuestros
polígonos industriales”, suena a quimera o a cuento chino, e incluso hay a
quien le da la risa, pero es la única opción de generar el cambio para que
podamos decir “érase una vez un pueblo y ahora una ciudad”.
No es posible que siendo una población
mayoritariamente joven, estos no tengan oportunidad de empleo, provocando que
la mayoría vea como única salida marcharsefuera de su ciudad. Dejar un legado
vacío de prosperidad para los más jóvenes, es una muestra del inmovilismo, de
pasividad y de resignación, que la sociedad no ha de consentir.
Por ende todos han de contribuir al
cambio, instituciones públicas, privadas, colectivos sociales,…todos somos
responsables ya que no solo es preciso un cambio de mentalidad sino de actitud
ante este infierno que nos devora la ilusión de toda una ciudad.
J. Villegas Rosa
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