viernes, 27 de septiembre de 2013

Érase una vez un pueblo




 

En mi pueblo, convive gente muy trabajadora, en oficios que han dignificado el nombre de Sanlúcar y que debido a circunstancias adversas económicas, hoy están sin empleo pasándolo muy mal.

Siempre que uno menciona los datos estadísticos de paro, y de escasa actividad económica, hay alguien que recuerda “la economía sumergida” que alimenta y de qué manera, a mucha gente pero no es lo idóneo, todos queremos un contrato, disponer de seguridad social, cotizar y ver la oficina de empleo desde muy lejos.

Cada vez que uno oye hablar de “dinamización turística, de mejorar los accesos a la ciudad, ordenar el planeamiento urbano, mejorar el tráfico, incentivar el comercio, fomentar a las empres, aumentar la inversión, aplicar políticas ambientales o mejorar nuestros polígonos industriales”, suena a quimera o a cuento chino, e incluso hay a quien le da la risa, pero es la única opción de generar el cambio para que podamos decir “érase una vez un pueblo y ahora una ciudad”.

No es posible que siendo una población mayoritariamente joven, estos no tengan oportunidad de empleo, provocando que la mayoría vea como única salida marcharsefuera de su ciudad. Dejar un legado vacío de prosperidad para los más jóvenes, es una muestra del inmovilismo, de pasividad y de resignación, que la sociedad no ha de consentir.

Por ende todos han de contribuir al cambio, instituciones públicas, privadas, colectivos sociales,…todos somos responsables ya que no solo es preciso un cambio de mentalidad sino de actitud ante este infierno que nos devora la ilusión de toda una ciudad.

J. Villegas Rosa

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