Podremos imaginar que salvamos al mundo con acciones bondadosas pero nada puede solventar la falta de humanidad generalizada entre los seres de este planeta si la condición cívica flaquea.
Es desdichado tener que enterarse todos los días, de hechos que se producen en cualquier lugar del mundo, y donde nuestro país no se salva del listado de los acontecimientos que atentan contra los derechos humanos, la dignidad o las libertades.
Las secuelas de las violaciones de género, el abuso a menores, el hambre entre la población, la vulneración de los derechos universales o el asesinato cruel de causas torticeras, y así un largo etcétera…son hechos que justifican porque el ser humano es capaz de engendrar un veneno capaz de aniquilar al prójimo.
Hay pueblos y naciones capaces de encerrarse en un idealismo que persigue la verdad solo para sus gentes, y que nos les importa pisotear a quien sea para salvaguardar sus intereses comunes. Por ello no entiendo los problemas del Oriente Próximo, no entiendo a Israel, ni a Palestina, ni a los activistas violentos, no puede llegar a entender cuáles son los intereses de las naciones para tomar represalias o simplemente adiestrar el silencio con votos de conciencia barata.
Lo único cierto de este caos absurdo es que tarde o temprano desembocará en enfrentamientos o luchas más directas o sangrientas y significará que una vez más el hombre demuestra que la historia no le ha enseñado nada.
Ver con ansia de revancha lo que acontece es un preludio de un futuro nada alentador, sembrar la venganza o hacer que suenen tambores de guerra es el triste resultado de la intransigencia de los sectores extremistas negados al perdón de los pecados.
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José Villegas Rosa
Sanlúcar de Bda. (Cádiz)
http://josevillegasrosa.blogspot.com/
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