
Dentro de nuestra provincia existen ciudades que el carnaval es considerado como su fiesta grande, como ejemplos podemos citar a Cádiz y a Chipiona, donde disponen de amplios presupuestos con grandes apoyos institucionales, algo muy distinto a lo que pasa en Sanlúcar.
La singularidad de nuestro carnaval viene marcada por la antesala de un pregón, una exitosa fiesta infantil, una cabalgata desordenada, y destacar las actuaciones que se preparan con cariño por parte de nuestras peñas. No es poco como podrán entender pero si el carnaval es la expresión del pueblo, la fantasía o la alegría, tal vez se deba dar un impulso para que estas fechas representara algo más que disfraces o acudir a actuaciones.
Recuerdo los tablaos improvisados que en mi infancia se montaba en el Barrio, auténtica cuna de nuestro carnaval, no se me puede olvidar la gran participación con la que contaba la cabalgata, donde familias enteras, amigos y peñas, conformaban todo el abanico de edades.
A día de hoy resulta todo muy distinto, la participación activa de los ciudadanos en nuestro carnaval deja mucho que desear, y por ello será bueno buscar las motivaciones, es una pena dejar que nuestro carnaval vaya perdiendo peso específico.
Por ello e independientemente de las preferencias de que cada uno, hoy hay que dar la enhorabuena a toda la gente que goza con el carnaval, alentar a quienes apoyan con su esfuerzo que esto no se pierda, dar ánimos a esas peñas para que no dejen de seguir luchando y decirles que no aminoren su fe puesto que su ilusión hace que los sanluqueños disfrutemos de la alegría que infunde estas fiestas, algo que buena falta nos hace.
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